Bueno, prometí no escribir mas hasta septiembre, para de dejar descansar vuestras mentes, pero mi ansiedad neurótica no me deja, así que ahí va otro episodio de mis vacaciones. ¿Por qué Alicia y yo nos fuimos a Salou? Pues no sé, supongo que por la misma razón que otros van a Murcia o Málaga. No sé, fuimos porque fuimos, no mejor porque vimos un mapa y nos sonó bien el nombre, y suena mucho mejor decir he venido de vacaciones en Salou, que he venido de vacaciones de Rompeculo (Matalascañas- huelva). Si señor, esa es una buena razón para ir a un sitio, porque suena bien. De ahí que mucha gente no quiera ir nunca de veraneo al mar de los sargazos o la Isla de Mocho Pocho en Papua Nueva Guinea. Total el primer error que se comete cuando uno se va de viaje, es llevar exceso de equipaje. Lo sabía y se lo advertí, le dije a mi piba. -Si vamos en tren no debemos llevar demasiado equipaje- y ella hizo lo propio. Pasarse mis palabras de timpano a timpano, sin que la información deje el mas mínimo indicio de que ha estado dentro de su cabezita. Os dejo el volumen de cosas que yo me llevé:
- Tres pares de calzoncillos. (Lavados con perlan)-
- Dos camisetas. (Sin gráficos, que pesan menos)-
- Dos cepillos de dientes y pasta anticaries.
- Dos pantalones (uno corto para lucir las pantorrillas entre las saloreñas y otro largo por si pega el frío)
- Tres pares de calcetines de distintos colores. (Para que se note que me los cambio, y el recepcionista del hostal no diga -¡Mira que asqueroso, lleva cinco días y todavía lleva los mismos!-.)-
- Un ordenador portátil. (esto no queda muy claro porque me lo llevé, supongo porque si fuera inmóvil lo hubiera dejado en mi casa criando pelusas)
- Un bote de hemoal, que nunca se sabe, y Willie fog nunca salía de viaje sin llevar uno de estos, no sabía na Willie.
- Un bote para las picaduras de chinche vietnamita. Vale de acuerdo, no hay chinches vietnamitas en Salou, pero y si...
Bueno hasta aquí la lista de mi equipaje preparada por mí, ahora veamos la lista de cositas preparadas por mi querido amorcete.
Lista de Alicia:
- 6 juegos de pijamas, uno para cada día.
- 6 toallas.
- Una cobertor de lana por si entra una ola de frío ártico en la costa dorada. (Relleno de plomo para que no se lo lleve el viento)
- Una docena de taperwares llenos de comida por si no la encuentra sin gluten en Salou. (esto es razonable)
- Tres pares de zapatos (incluidos lo de buzo)
- 4 faldas-
- 20 camisetas..
- 80 bragas (que no flaten bragas ¡alegría, alegría)
- 12 pares de calcetines.
- 10 manoplas.
- 30 sujetadores ( ¿Dios mío cuantas tetas tiene estas chiquilla?)
- Tres voluminosos abrigos. (Alicia se te olvidó el traje de astronauta
¡Para la próxima!)
- Un recuerdo de su abuela. (¿Abuela en que pensabas cuando se te ocurrio regalarle a tu nieta unas pesas de alterofilia?)
- Una exprimidora de zumo (Por si nos topamos por el camino con algún provocatico cítrido)
- Montón de cosas inservibles para un viaje.
- Montón de cosas aún mas inservibles para viajes.
- Cuatro latas de atún de medio kilo. (¡Ahí, ahí, que tiemblen las almadrabas!. Los japoneses que coman pan con foie grass)
- Un bote cola cao de un kilo (Lo peor de todo es que el bote de cristal pesaba 950 gramos y el resto era el contendio ¿Alicia cariño, todavía no te has enterado que hace 5o años ahí una cosita muy liviana y ligera que se llama plástico?.
Y todo esto hermeticamente embutido en una maleta, que parecía un ropero con ruedas. A lo que no pude contenerme y grité en medio de la calle -¡Coño que nos vamos de vacaciones 6 días, que no vamos a mudarnos a Birmaniaaa!-
- ¡Dos bolsas enormes pero enormes!, cuyo contenido misterioso todavía no he resuelto.
- Y como no, la guinda del pastel: El inseparable "inseparable" con su jaula y todo. (certificado ante notario ¡os lo juro por mis muelas!)
En fin, y ahora la pregunta es... ¿ Y quién fue el pobre gilipollas que le tocó cargar con todo esto durante todo el viaje en Salou, Cambrills, Tarragona y Barcelona?.
La respuesta es bien clara, lo mejor de todo es que me fuí echo un
enclenque y he vuelto con músculos hasta en los párpados.
Lo que viene después se merece otra entrega. Por favor, si queréis pasar un rato divertido permanezcan atentos a su pantallas. ¡Hasta la próxima picaruelos.
Bueno ahí os dejo otra imagen del cuento de Pleamar y Patapollo. La intrepida cetrera
